Una
vez más se pudo comprobar que la vulnerabilidad no se concentra en los lugares
de pobreza, si no también pueden afectar a los lugares ricos. En noviembre de
2016 la zona Oeste y Sur de la ciudad de La Paz se vieron afectadas por el
desabastecimiento de agua. Los medios de comunicación presentaron el problema
como parte del cambio climático, una posición de resignación a algo inevitable.
Por otro lado, se destituyeron a las principales autoridades de EPSAS, empresa
de distribución de agua en la ciudad de La Paz, por la falta de competencia en
prever este desastre. La mayoría de los especialistas convocados por los medios
de comunicación hicieron alusión al cambio climático, pero no a la mala distribución.
Un artículo de Hardy (Investigador del IRD – IIGEO) del año 2009, publicado enel Bulletin del IFEA, demuestra que una cañería rota pudo desabastecer de agua
a toda la zona Sur el año 2008. Fue así que se demostró, desde la geografía, que la
vulnerabilidad es también espacial y no depende del estatus económico de las
personas.
Ahora
que llegaron las lluvias, nos enfrentaremos a una serie de emergencias como los
deslizamientos y las inundaciones, que no se previeron antes. Pero esta vez, a
quién echaremos la culpa?
Los estudios realizados en La Paz por Hardy, tuvieron como contraparte investigadores del Instituto de Investigaciones Geográficas de la UMSA.
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